La Historia de las Organizaciones Revolucionarias Salvadoreñas que nacieron en distintas épocas y escenarios políticos todos plagados de un medioambiente asfixiante; un estado terrorista y un modelo económico y social excluyente que ha ignorado por siempre a las grandes mayorías populares en detrimento de la democracia que las mismas clases dominantes proclaman defender y practicar, entro en su crisis mas profunda en la década de los 70 - 80, curiosamente en un marco económica regional favorable al país y a las iniciativas de Integración Económica Centroamericana.
Esta crisis que se expreso tajantemente en el conflicto El Salvador - Honduras a finales de la década de los 60 y que fue disimulado con la mentira de la guerra del fútbol y que desencadeno una ola de conflictos internos en toda la región, animados por la Guerra Fría y la visión de la administración NA presidida por Reagan en los 80, en el sentido de percibir que la región del istmo CA estaba en la mira del demonio Soviético y sus ambiciones expansionistas a través del planeta, pusieron a arder la caldera de los conflictos internos en cada país, en el marco de una crisis del imperio que se batía en una oleada de fracasos sufridos por la Administración Carter en Irán y sus predecesores en Vietnam, Camboya, Laos, etc. y el fracaso de todo el aparato colonial y neocolonial en África y otros enclaves sostenidos a fuerza de arbitrariedades e injusticias en otros puntos del planeta.
La furia del imperio no escatimo en impulsar proyectos destructivos y militaristas en la región después del triunfo de la Revolución Nicaragüense ante el temor de que la epidemia de los revoluciones sociales y los movimientos armados triunfantes se expandiera por el resto del istmo y reapareciera como una opción de poder en todo el continente como había sucedido décadas atrás con Cuba.
Los movimientos sociales, cívicos y populares de diferentes denominaciones, incluidas las social cristianas y sus afines se radicalizaron ante la falta de espacios y ante el fracaso de sus proyectos político-sociales probados y aceptados por segmentos importantes de la población a partir de la década de los 60, época en la cual proliferaron en Chile, Venezuela y otros países de la sub-región LA las opciones demócrata cristianas y socialdemócratas, que ante el atraso ancestral de dichos sistemas políticos aparecían como opciones renovadores y avanzadas para el contexto de su tiempo y de los países en los cuales se venia gobernando con modelos del siglo pasado o de inicios del presente.
La regla era hasta ese momento la presencia omnipotente y omnipresente de las oligarquías criollas y los regimenes militares que después de largos periodos alternaban por la vio de golpes cuartelarios breves espacios de poder con sectores jóvenes de las Fuerzas Armadas cuyos intentos de solución y superación de sus respectivas crisis se veía siempre interrumpida por los estamentos militares superiores estrechamente vinculados a las mencionadas oligarquías, al capital foráneo y a los intereses políticos y geo-estratégicos de los EEUU.
Nunca los movimientos sociales pudieron acceder por la vía cívico-política y electoral a generar desde sus breves espacios de alternabilidad gubernamental, cambios estructurales y grandes transformaciones que dieran al traste con el modelo vigente basado en el paternalismo, el patronazgo, la corrupción, el clientelismo y sobre todo el uso del poder y la fuerza del estado para cooptar o detener cualquier intento de transformación profunda de dichos modelos.
A ello se debe la larga historia de asonadas, insurrecciones e insubordinaciones acontecidas en distintos momentos y circunstancias durante el presente siglo en varios de nuestros países sin que ello haya producido nada para el futuro y las aspiraciones de las clases más avanzadas y revolucionarias de la sociedad. Fueron siempre otros ajenos a dichas luchas quienes aprovecharon el momento, tomaron las riendas y las banderas del descontento popular y terminaron negociando con las mismas clases dominantes migajas o cuotas de poder sin amenazar la esencia del sistema y sus relaciones injustas y semi-feudales de producción.
El sistema democrático basado en las elecciones fue asimismo prostituido y utilizado solo como instrumento de dominación y de consolidación del poder de las clases sociales dominantes y nunca fueron concebidas como una oportunidad para que las grandes mayorías accedieran al gobierno ni mucho menos al poder. Esta seguridad llevo a las castas militares y a los estamentos sociales dominantes a convertir dichos procesos en verdaderas mascaradas que justificaran tales objetivos cayendo en no pocas circunstancias en el descaro de anularlas o de manipularles con fraudes horrendos y descarados que fueron vistos por las clases sociales populares como un pretexto para eternizar a un sistema político y social a todas luces injusto y negador de los mas elementales derechos ciudadanos.
En el pico de asonadas e intentos por hacer valer sus derechos económicos, sociales, laborales, políticos y de crear espacios para que se respetaran las decisiones y conquistas ciudadanas el pueblo fue viendo mas y mas cerradas las expectativas de acceso al poder y al gobierno por esta vía y se comenzó a generar un consenso de rebeldía y de cambio en la aplicación de métodos de lucha que alcanzo a sectores vastos de la población y que desemboco en un enfrentamiento político-social abierto contra los regimenes obsoletos y anquilosados que ante su impopularidad y ante la contestación derivada de la aplicación de dichas nuevas formas de lucha comenzaron a responder con mas sadismo y lujo de barbarie y prepotencia.
Este era el cuadro que se dibujaba en El Salvador a finales de los 80 y que venia acumulándose durante toda la década de los 70 en coyunturas políticas muy especificas como las del 73 y del 77 durante las cuales una amplia alianza nacional de fuerzas sociales y políticas habían apostado a acceder al gobierno y a tomar el poder por la vía de las elecciones sin que estos intentos, a pesar de los avances y triunfos rotundos y evidentes expresados en las urnas; en ambas circunstancias las victorias electorales fueron escamoteadas para entregar el poder a militares gorilezcos y a todas luces asesinos, represivos e injustos que comenzaron a refrendar el método de las liquidaciones masivas y multitudinarias por la vía del genocidio y de las masacres masivas a partir de 1976, sobre todo en la áreas rurales.
Esta modalidad brutal de liquidar todo descontento y la aparición en la escena política de nuevos y activos factores políticos y sociales que incluía a grandes contingentes de cristianos vinculados al movimiento de la Teología de la Liberación y de las doctrinas emanadas de la Encíclica de Medellín permitió una acumulación rápida de factores políticos y sociales de presión que luego irrumpieron en la vida Nacional como movimientos organizados y armados que luego pasarían a desafiar al stablishment militar y al sistema político utilizando vías superiores de lucha incluyendo la armada e insurreccional en su afán de sacudirse del yugo que los explotaba y los convertía en sujetos de liquidación sin contemplaciones y sin consideraciones políticas de ninguna especie.
Esta década (la de los 70) fue de una acumulación creciente y explosiva que luego se hizo sentir en la vida nacional y paso a ser el factor decisivo en los hechos acaecidos en la década de los 80 y la generación de la guerra civil de 12 anos que vivió El Salvador en condiciones cruentas y sumamente crueles que profundizaron aun mas la crisis político-social y cultural de la hemos sido herederos por siempre y que en no pocas ocasiones ha generado asonadas y enfrentamientos terminados en crueles masacres como la de 1932 y la de 1833.
La historia de las masacres y de las matanzas y el uso de la represión selectiva; del asesinato político a mansalva; la cárcel; la tortura y el uso de todo tipo de marginación y discriminación contra los opositores políticos bajo la cobertura de un anticomunismo cerril y atrasado ha sido la norma de gobernar en el país. Es mas, después de las dos matanzas antes citadas en las que los indígenas y naturales han jugado un papel protagónico prácticamente se hizo desaparecer la presencia de los pueblos originarios del país o los mismos indígenas han debido renegar a su identidad para no ser sujetos de dichas discriminaciones y múltiples y constantes persecuciones.
Ser miembro de un partido de oposición, aún así se tratare del mas moderado ha sido visto como algo prohibido y mortal para quien se atreviere a afiliarse incluso a partidos de tendencia Demócrata-Cristiana o Social-Demócrata. La Asociación Gremial y Sindical siempre fue perseguida, reprimida y castigada, mismo si en el sistema legal se contemplaba la Asociación Sindical Urbana en las manufacturas negándose ese derecho a los campesinos y a los empleados públicos y de empresas autónomas y semi-autónomas.
Cuando en 1970, 73, 75, y a posteriori se forman los primeros núcleos armados político-militares del país, todos proclaman lo misma:
LA LUCHA POR LA DEMOCRACIA Y EL SOCIALISMO Y EL CEMENTO QUE LOS UNIA ERA EL DE UN GOBIERNO DEMOCRATICO Y REVOLUCIONARIO EN SUS INICIOS QUE DESPUES SE DENOMINO DE AMPLIA PARTICIPACION PAR ABRIR ESPACIO A AGENTES SOCIALES Y POLITICOS NACIONALES E INTERNACIONALES QUE VINIERAN A CONTRIBUIR A UNA SOLUCION DEL CONFLICTO ARMADO EN SUS PEORES DIAS Y EVITAR ASI EL PELIGRO INMINENTE DE UNA INTERVENCION DIRECTA DE LOS EEUU.
EN LOS 30 Y AUN ANTES NACEN LOS VASTAGOS DEL PCS, EN LOS 70 LAS FPL, ERP, RN Y PRTC, QUIENES EN 1980 (10 DE OCTUBRE) CONSTITUYEN UN VASTO FRENTE POLITICO-MILITAR (FMLN) Y POLITICO-SOCIAL (FDR) PARA LUCHAR JUNTAS POR DERROTAR AL SISTEMA VIGENTE, DESDE YA FUERTEMENTE SOSTENIDO Y FINANCIADO POR LA ADMINISTRACION REAGAN QUE NO CESABA DE MATAR, REPRIMIR Y ANIQUILARA A TODO LO QUE OLIERA A OPOSICION Y LUCHA CONTRA SUS REGLAS INJUSTAS.
EL SISTEMA IMPERANTE ENTRA EN UNA CRISI PROFUNDA E IRREVERSIBLE DESDE LOS DIAS TEMPRANOS (MARZO DE 1977) QUE SE PERPETUA HACIA 1978, 79 Y QUE SE DESENLAZA EN 1980, CON UNA PROFUNDA Y BRUTAL CONFRONTACION EN LA QUE LAS PRINCIPALES CIUDADES DEL PAIS ERAN ESCENARIO DE LUCHAS DIARIAS Y DE SANGRIENTOS COMBATES EN LOS QUE EL PUEBLO PONIA LA MAYOR PARTE DE VICTIMA, MIENTRAS LAS CARRETERAS SE EMPEDRABAN DE CDAVERES Y LAS CARCELES SE LLENEBAN DE PRESOS POLITICOS.
Los militares pretendieron mediatizar con el consejo de la embajada gringa las dimensiones de tal conflicto animando a un golpe militar de oficiales jóvenes (1979) que luego fue copado por coroneles y generales de alta graduación tornando el intento aperturista en una gran farsa y en un chance para realizar una cacería de elementos insubordinados en la ciudad y el campo que dieron al traste con dicho esfuerzo que termino por ser abandonado por los sectores que se habían involucrado en la creencia de que desde ahí se podría evitar una confrontación mayor y darle al país un chance de evitar la guerra produciendo los cambios mas sentidos y aclamados por la mayoría de las masas populares que desde la calle y desde sus sindicatos; sus iglesias y sus lugares comunes de asociación y de reunión clamaban sin demora ante la sordera y la indiferencia de los militares y de los elementos civiles Demócrata-Cristianos que decidieron acompañar a los militares y elementos de la oligarquía en su esfuerzo de parar la Situación Revolucionaria y de evitar el caos que sobrevendría al país en los tiempos posteriores.
A ese esfuerzo se sumaron incluso elementos progresistas y democráticos de la burguesía y de los sectores patriotas del país quienes veían sus intereses amenazados ante la intervención foránea el desencadenamiento de una guerra popular y total que cerrara por mas una década o de un buen periodo de nuestra historia cualquier vía a una solución política del conflicto, como así sucedió con todas las consecuencias que hoy aun vivimos.
La economía del país fue arrasada por la guerra y la infra-estructura seriamente dañada, así como la producción reducida a su más mínima expresión no permitieron el desarrollo de ningún plan y de ninguna alternativa viable. El país se enfrasco en un conflicto que comenzó a extenderse por toda la región y a afectar a países inesperados como Costa Rica, quien sin ser hostil al resto fue alineado a la guerra de contrainsurgencia contra Nicaragua y El Salvador fue especialmente hostilizado con este ultimo país desde Honduras pues en Guatemala todo se había consumado ya con una enorme masacre campesina e indígena que dio al traste con el movimiento social y político dejando a un movimiento insurgente relegado a las regiones remotas y boscosas del país.
La guerra de El Salvador duro mas de una década y experimento al menos 3 fases: La de resistencia (1980-1983), de acumulación (1984-1986), de reacomodo (1987-1989 y de negociación (1990-1992). En la solución de dicho conflicto participaron múltiples factores sociales y políticos nacionales e internaciones, países amigos, foros mundiales como la ONU y regionales como el Grupo de Contadora, Esquipulas I y II, Grupo de países amigos, etc. y todo un conglomerado de fuerzas internas políticas y sociales que ante el flagelo de la guerra constituyeron después de participar activamente en su desarrollo desde sus posiciones a una amplia alianza que terminara con el conflicto garantizara cambios necesarios para un enrumbamiento de la sociedad hacia cambios estructurales.
La caída del bloque mas el fracaso de los EEUU en su intento de liquidar al movimiento politico, social y popular del país hicieron que EEUU también llegara a la conclusión de que seguir en la misma ruta seria contraproducente y fuera de escenario para la nueva realidad que se configuraba en el mundo y los éxitos de cooptación logrados por la vía violenta en Guatemala y por la via de las elecciones en Nicaragua.
Después de un último y coordinado esfuerzo por crear condiciones de correlación para tal proceso el FMLN lanzo su ultima ofensiva politico-militar "HASTA EL TOPE" en la cual logro amplios objetivos propuestos pero a partir de cuyo momento se enfrasco a la vez en un proceso acelerado de negociación que el gobierno quiso siempre manipular y que al final termino con la firma de acuerdos básicos en Chapultepec, en 1982 y en San Salvador en 1982.
El proceso de aplicación y cumplimiento de dichos acuerdos y su consumación y aplicación en la sociedad han creado nuevos conflictos y no pocos sinsabores especialmente al FMLN y a sus organizaciones políticas y sociales afines.
En la creación del nuevo partido y en su reinserción a la sociedad se han generado múltiples acomodamientos, renegociaciones, incumplimientos, acusaciones y sobresaltos que han venido configurando de nuevo una bipolaridad y una situación complicadísima, especialmente al FMLN como fuerza de oposición que a vista a numerosos sujetos de su interior abandonar sus filas, a otros acomodarse a la dinámica del funcionarismo legislativo y municipal desde el cual si bien hace cosas también se le escapan hábitos y comportamientos de ética reñidos con el origen y la orientación fundamental de su proceso histórico basado en un principio aun plasmado en los estatutos que dicen que, el FMLN ES UN PARTIDO REVOLUCIONARO DE ORIENTACION DEMOCRATICA Y SOCIALISTA y cuyos enunciados en la practica se ven cuestionados y disminuidos en su dimensión ante la mentalidad y las aspiraciones de una nueva militancia basada en reglas y juegos institucionales acordados y plasmados por ellos mismos en su carta fundamental.
Entre ires y venires el FMLN llega al presente periodo después de década y media de vida política como partido, a una situación en la que, si bien mantienen una fuerte reserva y hasta mayorías simples en el ámbito legislativo y en los gobiernos municipales de las principales ciudades del país también es cierto que ha perdido enclaves y ganado otros sin dar muestras de tener una acumulación sostenida y constante que le garantice la toma del ejecutivo y del resto de los aparatos de gobierno que lo conviertan en una fuerza decisiva en los tiempos venideros.
Algunos creen que ello se debe a fallas en la administración, la transparencia y la capacidad de sus funcionarios y otros en sus postulados originarios y su historia vinculada al Proyecto Revolucionario-Socialista y los menos a una necesidad de readecuación de su ideología y a la renuncia de sus postulados básicos y maximalista en función de una propuesta dirigida a amplios y variados sectores de la sociedad.
La ultima opción apuesta por una alternativa socialdemócrata en un país sin clase media y donde la proletarización de los profesionales y la pauperización de la gran mayoría de los contingentes sociales es a todas luces visible; es decir, que cuando pensamos en dicha alternativa estamos hablando de una opción política sin sujeto social o con un débil apoyo de una clase media real y existente en el país.
La competencia por el próximo mandato durante el periodo presidencia, municipal y legislativo que se avecina se pinta como muy encarnizada y llena de novedades sobre no solo a nivel de candidaturas sino también a nivel de propuestas y de ofertas para la población siempre reprimida, oprimida, empobrecida y totalmente desvalidas de los servicios y responsabilidades del estado ante las condiciones impuestas por el modelo neoliberal vigente.
El FMLN tiene una gran oportunidad no solo en el plano de las posibilidades de aumentar su caudal politico y sobretodo de controlar nuevos factores de poder en la estructura del gobierno. La gran cuestión para muchos es si esta acumulación abonara a su Mandato Histórico; a su necesidad de garantizar la gobernabilidad; resolver el problema económico, del desempleo, de la delincuencia juvenil, de la economía dependiente y de un modelo ya establecido por mas de dos décadas con raíces profundas (económicas y sociales) y que en esencia son el reflejo de los pocos avances y aprendizajes derivados de la guerra y de los ínfimos resultados de una negociación cuyos mandatos mas importantes han sido incumplidos, manipulados o mal aplicados a una sociedad que necesita de grandes decisiones y de grandes transformaciones estructurales.
Es lógico que El Salvador necesita de una alternabilidad pero si esta no llega a convertirse en participación popular y social y en empoderamiento de vastos sectores podríamos encontrarnos de nuevo con el fenómeno de una izquierda de nuevo tipo sirviendo de puente al remozamiento del sistema vigente y sus componentes y factores internos y externos sin llegar a tocar de fondo a los grandes males sociales y a las causas que han generado los conflictos y traumas antes citados.
Hay que ver la plataforma y el programa de gobierno; Es decir, la oferta política a la nación para darse una idea de los factores y riesgos antes citados. Por hoy los bocetos presentados a consideración de los sectores del país parecen un poco livianos e insuficientes y en algunos de sus conceptos muy brillantes y hasta circenses para describir y citar crudas realidades que necesitan citarse con nombre y apellido y cuya referencia no podemos escapar so pena de incurrir en omisiones.
Es claro que hay una especie de viñeta mediática y de figuras e imágenes de este tipo en las venideras elecciones. Ojala que dichos elementos sean complementados con una presentación objetiva, sólida, vivaz y brillante si se quiere de nuestros postulados pero sin que ello domine el ambiente populista al que los gobiernos de derecha han hecho uso durante sus campañas y sus apariciones y apariencias publicas no para presentar el escenario real de sus quehaceres y acciones sino para esconder y manipular sus fechorías.
Es normal esperar una campana sucia y confrontativa de parte de la derecha y deberíamos entender que tomar distancia y hacer diferencia de ello es esencial para mantenerse en el ámbito de la seriedad, la cordura y la Ética que debe privar en toda confrontación política, pero sobre todo la coherencia entre la Historia y los Postulados Básicos e Históricos del FMLN.
La gente educada para el cambio y la que vota para castigar y cambiar el infierno en que lo han metido los hambreadores, lacayos y corruptos del gobierno observan y vigilan la distancia entre los dichos y los hechos y entre las promesas y sus aplicaciones. No se trata de ganar el gobierno por medio del voto para continuar con algo de lo mismo sino para demostrar que somos capaces de hacer política de una forma diferente y que no tememos al empoderamiento del pueblo y de la sociedad civil sin caer en el famoso epíteto de que hay que acercarle el poder al pueblo, como rezan los demagogos sin nunca ponérselo en sus manos.
El gobierno es solo un instrumento para el empoderamiento de una democracia participativa y no una democracia simple y electorera. Si estos procesos que hoy se han convertido por la dinámica de la historia en el coco de los mismos que los crearon para perpetuarse el gobierno hoy deben ser vistos como la pelota con la que no solo los candidatos sino toda la sociedad entera que disiente del estado de cosas, le meterán gol al gobierno y a sus instituciones para transformarlas y convertirlas en sus medios de empoderamiento y de canalización de sus aspiraciones y no búnkeres de funcionarios ineptos, crueles e insensibles a las necesidades humanas aunque digan que gobiernan humanamente o que el país ya no es el mismo; claro que no es el mismo porque el ruta actual ira cada vez mas certeramente al precipicio de una nueva confrontación por el agua, la alimentación y los servicios básicos.
Manuel Magaña
Octubre del 2007
En Homenaje al Aniversario de Schafik Hándal y el
27 Aniversario de Fundación de Nuestro Glorioso Partido FMLN
¡2009: UNIDAD POLÍTICO-IDEOLÓGICA,
SCHAFIK JORGE HÁNDAL
Esta crisis que se expreso tajantemente en el conflicto El Salvador - Honduras a finales de la década de los 60 y que fue disimulado con la mentira de la guerra del fútbol y que desencadeno una ola de conflictos internos en toda la región, animados por la Guerra Fría y la visión de la administración NA presidida por Reagan en los 80, en el sentido de percibir que la región del istmo CA estaba en la mira del demonio Soviético y sus ambiciones expansionistas a través del planeta, pusieron a arder la caldera de los conflictos internos en cada país, en el marco de una crisis del imperio que se batía en una oleada de fracasos sufridos por la Administración Carter en Irán y sus predecesores en Vietnam, Camboya, Laos, etc. y el fracaso de todo el aparato colonial y neocolonial en África y otros enclaves sostenidos a fuerza de arbitrariedades e injusticias en otros puntos del planeta.
La furia del imperio no escatimo en impulsar proyectos destructivos y militaristas en la región después del triunfo de la Revolución Nicaragüense ante el temor de que la epidemia de los revoluciones sociales y los movimientos armados triunfantes se expandiera por el resto del istmo y reapareciera como una opción de poder en todo el continente como había sucedido décadas atrás con Cuba.
Los movimientos sociales, cívicos y populares de diferentes denominaciones, incluidas las social cristianas y sus afines se radicalizaron ante la falta de espacios y ante el fracaso de sus proyectos político-sociales probados y aceptados por segmentos importantes de la población a partir de la década de los 60, época en la cual proliferaron en Chile, Venezuela y otros países de la sub-región LA las opciones demócrata cristianas y socialdemócratas, que ante el atraso ancestral de dichos sistemas políticos aparecían como opciones renovadores y avanzadas para el contexto de su tiempo y de los países en los cuales se venia gobernando con modelos del siglo pasado o de inicios del presente.
La regla era hasta ese momento la presencia omnipotente y omnipresente de las oligarquías criollas y los regimenes militares que después de largos periodos alternaban por la vio de golpes cuartelarios breves espacios de poder con sectores jóvenes de las Fuerzas Armadas cuyos intentos de solución y superación de sus respectivas crisis se veía siempre interrumpida por los estamentos militares superiores estrechamente vinculados a las mencionadas oligarquías, al capital foráneo y a los intereses políticos y geo-estratégicos de los EEUU.
Nunca los movimientos sociales pudieron acceder por la vía cívico-política y electoral a generar desde sus breves espacios de alternabilidad gubernamental, cambios estructurales y grandes transformaciones que dieran al traste con el modelo vigente basado en el paternalismo, el patronazgo, la corrupción, el clientelismo y sobre todo el uso del poder y la fuerza del estado para cooptar o detener cualquier intento de transformación profunda de dichos modelos.
A ello se debe la larga historia de asonadas, insurrecciones e insubordinaciones acontecidas en distintos momentos y circunstancias durante el presente siglo en varios de nuestros países sin que ello haya producido nada para el futuro y las aspiraciones de las clases más avanzadas y revolucionarias de la sociedad. Fueron siempre otros ajenos a dichas luchas quienes aprovecharon el momento, tomaron las riendas y las banderas del descontento popular y terminaron negociando con las mismas clases dominantes migajas o cuotas de poder sin amenazar la esencia del sistema y sus relaciones injustas y semi-feudales de producción.
El sistema democrático basado en las elecciones fue asimismo prostituido y utilizado solo como instrumento de dominación y de consolidación del poder de las clases sociales dominantes y nunca fueron concebidas como una oportunidad para que las grandes mayorías accedieran al gobierno ni mucho menos al poder. Esta seguridad llevo a las castas militares y a los estamentos sociales dominantes a convertir dichos procesos en verdaderas mascaradas que justificaran tales objetivos cayendo en no pocas circunstancias en el descaro de anularlas o de manipularles con fraudes horrendos y descarados que fueron vistos por las clases sociales populares como un pretexto para eternizar a un sistema político y social a todas luces injusto y negador de los mas elementales derechos ciudadanos.
En el pico de asonadas e intentos por hacer valer sus derechos económicos, sociales, laborales, políticos y de crear espacios para que se respetaran las decisiones y conquistas ciudadanas el pueblo fue viendo mas y mas cerradas las expectativas de acceso al poder y al gobierno por esta vía y se comenzó a generar un consenso de rebeldía y de cambio en la aplicación de métodos de lucha que alcanzo a sectores vastos de la población y que desemboco en un enfrentamiento político-social abierto contra los regimenes obsoletos y anquilosados que ante su impopularidad y ante la contestación derivada de la aplicación de dichas nuevas formas de lucha comenzaron a responder con mas sadismo y lujo de barbarie y prepotencia.
Este era el cuadro que se dibujaba en El Salvador a finales de los 80 y que venia acumulándose durante toda la década de los 70 en coyunturas políticas muy especificas como las del 73 y del 77 durante las cuales una amplia alianza nacional de fuerzas sociales y políticas habían apostado a acceder al gobierno y a tomar el poder por la vía de las elecciones sin que estos intentos, a pesar de los avances y triunfos rotundos y evidentes expresados en las urnas; en ambas circunstancias las victorias electorales fueron escamoteadas para entregar el poder a militares gorilezcos y a todas luces asesinos, represivos e injustos que comenzaron a refrendar el método de las liquidaciones masivas y multitudinarias por la vía del genocidio y de las masacres masivas a partir de 1976, sobre todo en la áreas rurales.
Esta modalidad brutal de liquidar todo descontento y la aparición en la escena política de nuevos y activos factores políticos y sociales que incluía a grandes contingentes de cristianos vinculados al movimiento de la Teología de la Liberación y de las doctrinas emanadas de la Encíclica de Medellín permitió una acumulación rápida de factores políticos y sociales de presión que luego irrumpieron en la vida Nacional como movimientos organizados y armados que luego pasarían a desafiar al stablishment militar y al sistema político utilizando vías superiores de lucha incluyendo la armada e insurreccional en su afán de sacudirse del yugo que los explotaba y los convertía en sujetos de liquidación sin contemplaciones y sin consideraciones políticas de ninguna especie.
Esta década (la de los 70) fue de una acumulación creciente y explosiva que luego se hizo sentir en la vida nacional y paso a ser el factor decisivo en los hechos acaecidos en la década de los 80 y la generación de la guerra civil de 12 anos que vivió El Salvador en condiciones cruentas y sumamente crueles que profundizaron aun mas la crisis político-social y cultural de la hemos sido herederos por siempre y que en no pocas ocasiones ha generado asonadas y enfrentamientos terminados en crueles masacres como la de 1932 y la de 1833.
La historia de las masacres y de las matanzas y el uso de la represión selectiva; del asesinato político a mansalva; la cárcel; la tortura y el uso de todo tipo de marginación y discriminación contra los opositores políticos bajo la cobertura de un anticomunismo cerril y atrasado ha sido la norma de gobernar en el país. Es mas, después de las dos matanzas antes citadas en las que los indígenas y naturales han jugado un papel protagónico prácticamente se hizo desaparecer la presencia de los pueblos originarios del país o los mismos indígenas han debido renegar a su identidad para no ser sujetos de dichas discriminaciones y múltiples y constantes persecuciones.
Ser miembro de un partido de oposición, aún así se tratare del mas moderado ha sido visto como algo prohibido y mortal para quien se atreviere a afiliarse incluso a partidos de tendencia Demócrata-Cristiana o Social-Demócrata. La Asociación Gremial y Sindical siempre fue perseguida, reprimida y castigada, mismo si en el sistema legal se contemplaba la Asociación Sindical Urbana en las manufacturas negándose ese derecho a los campesinos y a los empleados públicos y de empresas autónomas y semi-autónomas.
Cuando en 1970, 73, 75, y a posteriori se forman los primeros núcleos armados político-militares del país, todos proclaman lo misma:
LA LUCHA POR LA DEMOCRACIA Y EL SOCIALISMO Y EL CEMENTO QUE LOS UNIA ERA EL DE UN GOBIERNO DEMOCRATICO Y REVOLUCIONARIO EN SUS INICIOS QUE DESPUES SE DENOMINO DE AMPLIA PARTICIPACION PAR ABRIR ESPACIO A AGENTES SOCIALES Y POLITICOS NACIONALES E INTERNACIONALES QUE VINIERAN A CONTRIBUIR A UNA SOLUCION DEL CONFLICTO ARMADO EN SUS PEORES DIAS Y EVITAR ASI EL PELIGRO INMINENTE DE UNA INTERVENCION DIRECTA DE LOS EEUU.
EN LOS 30 Y AUN ANTES NACEN LOS VASTAGOS DEL PCS, EN LOS 70 LAS FPL, ERP, RN Y PRTC, QUIENES EN 1980 (10 DE OCTUBRE) CONSTITUYEN UN VASTO FRENTE POLITICO-MILITAR (FMLN) Y POLITICO-SOCIAL (FDR) PARA LUCHAR JUNTAS POR DERROTAR AL SISTEMA VIGENTE, DESDE YA FUERTEMENTE SOSTENIDO Y FINANCIADO POR LA ADMINISTRACION REAGAN QUE NO CESABA DE MATAR, REPRIMIR Y ANIQUILARA A TODO LO QUE OLIERA A OPOSICION Y LUCHA CONTRA SUS REGLAS INJUSTAS.
EL SISTEMA IMPERANTE ENTRA EN UNA CRISI PROFUNDA E IRREVERSIBLE DESDE LOS DIAS TEMPRANOS (MARZO DE 1977) QUE SE PERPETUA HACIA 1978, 79 Y QUE SE DESENLAZA EN 1980, CON UNA PROFUNDA Y BRUTAL CONFRONTACION EN LA QUE LAS PRINCIPALES CIUDADES DEL PAIS ERAN ESCENARIO DE LUCHAS DIARIAS Y DE SANGRIENTOS COMBATES EN LOS QUE EL PUEBLO PONIA LA MAYOR PARTE DE VICTIMA, MIENTRAS LAS CARRETERAS SE EMPEDRABAN DE CDAVERES Y LAS CARCELES SE LLENEBAN DE PRESOS POLITICOS.
Los militares pretendieron mediatizar con el consejo de la embajada gringa las dimensiones de tal conflicto animando a un golpe militar de oficiales jóvenes (1979) que luego fue copado por coroneles y generales de alta graduación tornando el intento aperturista en una gran farsa y en un chance para realizar una cacería de elementos insubordinados en la ciudad y el campo que dieron al traste con dicho esfuerzo que termino por ser abandonado por los sectores que se habían involucrado en la creencia de que desde ahí se podría evitar una confrontación mayor y darle al país un chance de evitar la guerra produciendo los cambios mas sentidos y aclamados por la mayoría de las masas populares que desde la calle y desde sus sindicatos; sus iglesias y sus lugares comunes de asociación y de reunión clamaban sin demora ante la sordera y la indiferencia de los militares y de los elementos civiles Demócrata-Cristianos que decidieron acompañar a los militares y elementos de la oligarquía en su esfuerzo de parar la Situación Revolucionaria y de evitar el caos que sobrevendría al país en los tiempos posteriores.
A ese esfuerzo se sumaron incluso elementos progresistas y democráticos de la burguesía y de los sectores patriotas del país quienes veían sus intereses amenazados ante la intervención foránea el desencadenamiento de una guerra popular y total que cerrara por mas una década o de un buen periodo de nuestra historia cualquier vía a una solución política del conflicto, como así sucedió con todas las consecuencias que hoy aun vivimos.
La economía del país fue arrasada por la guerra y la infra-estructura seriamente dañada, así como la producción reducida a su más mínima expresión no permitieron el desarrollo de ningún plan y de ninguna alternativa viable. El país se enfrasco en un conflicto que comenzó a extenderse por toda la región y a afectar a países inesperados como Costa Rica, quien sin ser hostil al resto fue alineado a la guerra de contrainsurgencia contra Nicaragua y El Salvador fue especialmente hostilizado con este ultimo país desde Honduras pues en Guatemala todo se había consumado ya con una enorme masacre campesina e indígena que dio al traste con el movimiento social y político dejando a un movimiento insurgente relegado a las regiones remotas y boscosas del país.
La guerra de El Salvador duro mas de una década y experimento al menos 3 fases: La de resistencia (1980-1983), de acumulación (1984-1986), de reacomodo (1987-1989 y de negociación (1990-1992). En la solución de dicho conflicto participaron múltiples factores sociales y políticos nacionales e internaciones, países amigos, foros mundiales como la ONU y regionales como el Grupo de Contadora, Esquipulas I y II, Grupo de países amigos, etc. y todo un conglomerado de fuerzas internas políticas y sociales que ante el flagelo de la guerra constituyeron después de participar activamente en su desarrollo desde sus posiciones a una amplia alianza que terminara con el conflicto garantizara cambios necesarios para un enrumbamiento de la sociedad hacia cambios estructurales.
La caída del bloque mas el fracaso de los EEUU en su intento de liquidar al movimiento politico, social y popular del país hicieron que EEUU también llegara a la conclusión de que seguir en la misma ruta seria contraproducente y fuera de escenario para la nueva realidad que se configuraba en el mundo y los éxitos de cooptación logrados por la vía violenta en Guatemala y por la via de las elecciones en Nicaragua.
Después de un último y coordinado esfuerzo por crear condiciones de correlación para tal proceso el FMLN lanzo su ultima ofensiva politico-militar "HASTA EL TOPE" en la cual logro amplios objetivos propuestos pero a partir de cuyo momento se enfrasco a la vez en un proceso acelerado de negociación que el gobierno quiso siempre manipular y que al final termino con la firma de acuerdos básicos en Chapultepec, en 1982 y en San Salvador en 1982.
El proceso de aplicación y cumplimiento de dichos acuerdos y su consumación y aplicación en la sociedad han creado nuevos conflictos y no pocos sinsabores especialmente al FMLN y a sus organizaciones políticas y sociales afines.
En la creación del nuevo partido y en su reinserción a la sociedad se han generado múltiples acomodamientos, renegociaciones, incumplimientos, acusaciones y sobresaltos que han venido configurando de nuevo una bipolaridad y una situación complicadísima, especialmente al FMLN como fuerza de oposición que a vista a numerosos sujetos de su interior abandonar sus filas, a otros acomodarse a la dinámica del funcionarismo legislativo y municipal desde el cual si bien hace cosas también se le escapan hábitos y comportamientos de ética reñidos con el origen y la orientación fundamental de su proceso histórico basado en un principio aun plasmado en los estatutos que dicen que, el FMLN ES UN PARTIDO REVOLUCIONARO DE ORIENTACION DEMOCRATICA Y SOCIALISTA y cuyos enunciados en la practica se ven cuestionados y disminuidos en su dimensión ante la mentalidad y las aspiraciones de una nueva militancia basada en reglas y juegos institucionales acordados y plasmados por ellos mismos en su carta fundamental.
Entre ires y venires el FMLN llega al presente periodo después de década y media de vida política como partido, a una situación en la que, si bien mantienen una fuerte reserva y hasta mayorías simples en el ámbito legislativo y en los gobiernos municipales de las principales ciudades del país también es cierto que ha perdido enclaves y ganado otros sin dar muestras de tener una acumulación sostenida y constante que le garantice la toma del ejecutivo y del resto de los aparatos de gobierno que lo conviertan en una fuerza decisiva en los tiempos venideros.
Algunos creen que ello se debe a fallas en la administración, la transparencia y la capacidad de sus funcionarios y otros en sus postulados originarios y su historia vinculada al Proyecto Revolucionario-Socialista y los menos a una necesidad de readecuación de su ideología y a la renuncia de sus postulados básicos y maximalista en función de una propuesta dirigida a amplios y variados sectores de la sociedad.
La ultima opción apuesta por una alternativa socialdemócrata en un país sin clase media y donde la proletarización de los profesionales y la pauperización de la gran mayoría de los contingentes sociales es a todas luces visible; es decir, que cuando pensamos en dicha alternativa estamos hablando de una opción política sin sujeto social o con un débil apoyo de una clase media real y existente en el país.
La competencia por el próximo mandato durante el periodo presidencia, municipal y legislativo que se avecina se pinta como muy encarnizada y llena de novedades sobre no solo a nivel de candidaturas sino también a nivel de propuestas y de ofertas para la población siempre reprimida, oprimida, empobrecida y totalmente desvalidas de los servicios y responsabilidades del estado ante las condiciones impuestas por el modelo neoliberal vigente.
El FMLN tiene una gran oportunidad no solo en el plano de las posibilidades de aumentar su caudal politico y sobretodo de controlar nuevos factores de poder en la estructura del gobierno. La gran cuestión para muchos es si esta acumulación abonara a su Mandato Histórico; a su necesidad de garantizar la gobernabilidad; resolver el problema económico, del desempleo, de la delincuencia juvenil, de la economía dependiente y de un modelo ya establecido por mas de dos décadas con raíces profundas (económicas y sociales) y que en esencia son el reflejo de los pocos avances y aprendizajes derivados de la guerra y de los ínfimos resultados de una negociación cuyos mandatos mas importantes han sido incumplidos, manipulados o mal aplicados a una sociedad que necesita de grandes decisiones y de grandes transformaciones estructurales.
Es lógico que El Salvador necesita de una alternabilidad pero si esta no llega a convertirse en participación popular y social y en empoderamiento de vastos sectores podríamos encontrarnos de nuevo con el fenómeno de una izquierda de nuevo tipo sirviendo de puente al remozamiento del sistema vigente y sus componentes y factores internos y externos sin llegar a tocar de fondo a los grandes males sociales y a las causas que han generado los conflictos y traumas antes citados.
Hay que ver la plataforma y el programa de gobierno; Es decir, la oferta política a la nación para darse una idea de los factores y riesgos antes citados. Por hoy los bocetos presentados a consideración de los sectores del país parecen un poco livianos e insuficientes y en algunos de sus conceptos muy brillantes y hasta circenses para describir y citar crudas realidades que necesitan citarse con nombre y apellido y cuya referencia no podemos escapar so pena de incurrir en omisiones.
Es claro que hay una especie de viñeta mediática y de figuras e imágenes de este tipo en las venideras elecciones. Ojala que dichos elementos sean complementados con una presentación objetiva, sólida, vivaz y brillante si se quiere de nuestros postulados pero sin que ello domine el ambiente populista al que los gobiernos de derecha han hecho uso durante sus campañas y sus apariciones y apariencias publicas no para presentar el escenario real de sus quehaceres y acciones sino para esconder y manipular sus fechorías.
Es normal esperar una campana sucia y confrontativa de parte de la derecha y deberíamos entender que tomar distancia y hacer diferencia de ello es esencial para mantenerse en el ámbito de la seriedad, la cordura y la Ética que debe privar en toda confrontación política, pero sobre todo la coherencia entre la Historia y los Postulados Básicos e Históricos del FMLN.
La gente educada para el cambio y la que vota para castigar y cambiar el infierno en que lo han metido los hambreadores, lacayos y corruptos del gobierno observan y vigilan la distancia entre los dichos y los hechos y entre las promesas y sus aplicaciones. No se trata de ganar el gobierno por medio del voto para continuar con algo de lo mismo sino para demostrar que somos capaces de hacer política de una forma diferente y que no tememos al empoderamiento del pueblo y de la sociedad civil sin caer en el famoso epíteto de que hay que acercarle el poder al pueblo, como rezan los demagogos sin nunca ponérselo en sus manos.
El gobierno es solo un instrumento para el empoderamiento de una democracia participativa y no una democracia simple y electorera. Si estos procesos que hoy se han convertido por la dinámica de la historia en el coco de los mismos que los crearon para perpetuarse el gobierno hoy deben ser vistos como la pelota con la que no solo los candidatos sino toda la sociedad entera que disiente del estado de cosas, le meterán gol al gobierno y a sus instituciones para transformarlas y convertirlas en sus medios de empoderamiento y de canalización de sus aspiraciones y no búnkeres de funcionarios ineptos, crueles e insensibles a las necesidades humanas aunque digan que gobiernan humanamente o que el país ya no es el mismo; claro que no es el mismo porque el ruta actual ira cada vez mas certeramente al precipicio de una nueva confrontación por el agua, la alimentación y los servicios básicos.
Manuel Magaña
Octubre del 2007
En Homenaje al Aniversario de Schafik Hándal y el
27 Aniversario de Fundación de Nuestro Glorioso Partido FMLN
¡2009: UNIDAD POLÍTICO-IDEOLÓGICA,
SCHAFIK JORGE HÁNDAL
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